Muere un eminente cardiólogo y sus amigos y familiares deciden hacerle un grandioso y pomposo funeral.
En medio de la Iglesia, y detrás del ataúd, se encontraba un gigantesco corazón, todo cubierto de flores.
Terminado el servicio fúnebre y leído el responso, el corazón se abre en dos, y el ataúd, al son de una hermosa música, se desliza suavemente dentro del corazón.
Una vez adentro, las dos puertas se cierran y el ataúd desaparece de la vista de los presentes, encerrado para toda la eternidad en el hermoso corazón.
En ese momento, se oye la risa de uno de los amigos del difunto. Todos los presentes se dan vuelta para mirarlo y el señor se disculpa, diciendo:
- "¡Perdón! ¡Lo siento mucho! Estaba pensando en mi propio funeral, ¡soy ginecólogo!"
2008/10/07
Perdí un electrón
Two hydrogen atoms walk into a bar.
One says, "I think I've lost an electron."
The other says, "Are you sure?"
The first replies, "Yes, I'm positive..."
Nota: lamentablemente, traducir este chiste al castenayo hace que pierda su sentido...
One says, "I think I've lost an electron."
The other says, "Are you sure?"
The first replies, "Yes, I'm positive..."
Nota: lamentablemente, traducir este chiste al castenayo hace que pierda su sentido...
2008/10/06
Igual a la suegra
- Si no fuera por el bigote, serías igualito a mi suegra.
- Pero, si yo no tengo bigote...
- Pero ella sí.
- Pero, si yo no tengo bigote...
- Pero ella sí.
Suegra en Venta
- ¿Por cuánto me compras a mi suegra?
- ¿A tu suegra? Por nada.
- De acuerdo, trato hecho.
- ¿A tu suegra? Por nada.
- De acuerdo, trato hecho.
Felicidad del pasado
- María, ¡qué felices éramos hace 15 años!
- Pero, ¡Si no nos conocíamos..!
- Por eso, María.... Por eso...
- Pero, ¡Si no nos conocíamos..!
- Por eso, María.... Por eso...
Regalo de cumpleaños soñado
Una mujer se levanta por la mañana, despierta a su marido y le dice:
- "Cariño, he tenido un sueño maravilloso. He soñado que me regalabas un collar de diamantes por mi cumpleaños... ¿Qué querrá decir?".
El marido le contesta:
- "Lo sabrás en tu cumpleaños."
Llega el día del cumpleaños de la esposa y el marido entra en casa con un paquete en la mano. La mujer, emocionada, se lo quita de las manos, rasga nerviosa el papel, abre rápidamente la caja y encuentra un libro titulado:
"El significado de los sueños"
- "Cariño, he tenido un sueño maravilloso. He soñado que me regalabas un collar de diamantes por mi cumpleaños... ¿Qué querrá decir?".
El marido le contesta:
- "Lo sabrás en tu cumpleaños."
Llega el día del cumpleaños de la esposa y el marido entra en casa con un paquete en la mano. La mujer, emocionada, se lo quita de las manos, rasga nerviosa el papel, abre rápidamente la caja y encuentra un libro titulado:
"El significado de los sueños"
Epitafios de un matrimonio
Un matrimonio mayor, que nunca había tenido un buen entendimiento sexual:
Juan:
- Oye María, ¿sabes qué pondré en tu epitafio cuando mueras?
¡Aquí yace María, fría como siempre!
Y María dice:
- ¿A qué no sabés qué pondré yo en tu epitafio?
¡Aquí yace Juan, tieso y duro como nunca!
Juan:
- Oye María, ¿sabes qué pondré en tu epitafio cuando mueras?
¡Aquí yace María, fría como siempre!
Y María dice:
- ¿A qué no sabés qué pondré yo en tu epitafio?
¡Aquí yace Juan, tieso y duro como nunca!
3 huevos en una caja
Una anciana de 88 años, creyéndose morir, llama a su esposo de 90 años al dormitorio y le expresa:
- "Viejo, viejo, me estoy muriendo."
- "No seas bobita, mi amor. Es un mal pasajero, no le des importancia." -le responde cariñosamente el anciano-
- "No, esta vez es serio. Y no quiero irme sin entregarte algo." -dice la anciana- "Por favor, abre el ropero y saca una caja de madera que está oculta debajo de la ropa de verano."
El esposo cumple con lo indicado y localiza la caja.
- "Ábrela!" -pide su esposa con un hilo de voz-
El anciano así lo hace y encuentra dentro de la caja: tres huevos y U$S 100000.- Entre alborozado y extrañado pregunta:
- "Mi amor, ¿qué son estos tres huevos?"
La anciana responde:
- "No quiero irme sin contarte un secreto. Cada huevo representa las veces que quedé insatisfecha en nuestras relaciones sexuales."
El anciano comenta entre cancherito, satisfecho y orgulloso:
-"¡Qué bueno, che, solo tres veces en casi 60 años de matrimonio!"
Y enseguida pregunta:
- "¿Y estos U$S 100000.-?"
La anciana toma dulcemente la mano de su esposo y con un suspiro confiesa:
- "¡Cada vez que juntaba una docena de huevos los vendía!"
- "Viejo, viejo, me estoy muriendo."
- "No seas bobita, mi amor. Es un mal pasajero, no le des importancia." -le responde cariñosamente el anciano-
- "No, esta vez es serio. Y no quiero irme sin entregarte algo." -dice la anciana- "Por favor, abre el ropero y saca una caja de madera que está oculta debajo de la ropa de verano."
El esposo cumple con lo indicado y localiza la caja.
- "Ábrela!" -pide su esposa con un hilo de voz-
El anciano así lo hace y encuentra dentro de la caja: tres huevos y U$S 100000.- Entre alborozado y extrañado pregunta:
- "Mi amor, ¿qué son estos tres huevos?"
La anciana responde:
- "No quiero irme sin contarte un secreto. Cada huevo representa las veces que quedé insatisfecha en nuestras relaciones sexuales."
El anciano comenta entre cancherito, satisfecho y orgulloso:
-"¡Qué bueno, che, solo tres veces en casi 60 años de matrimonio!"
Y enseguida pregunta:
- "¿Y estos U$S 100000.-?"
La anciana toma dulcemente la mano de su esposo y con un suspiro confiesa:
- "¡Cada vez que juntaba una docena de huevos los vendía!"
Maníes para el chofer
En un colectio repleto de viejos y viejitas, en una gira especial a Rosario para afiliados del PAMI, una viejita le toca el hombro al chofer y le ofrece un buen puñado de maníes sin cáscara.
El chofer, sorprendido, le da las gracias y se los come con agrado.
Cinco minutos después, la abuelita repite el ofrecimiento; el chofer vuelve a agradecerle el gesto y se come los maníes.
Cinco minutos más tarde, viene otro puñado; y el chofer vuelve a comerse los maníes.
Al cabo de unos diez puñados, el chofer ya no puede aguantar más la curiosidad y le dice:
- Dígame, abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de maní; pero, ¿usted no cree que, a lo mejor sus cuarenta amigos y amigas querrían también un poco?
- Sí, joven, pero como no tenemos dientes para masticarlos, ¡solo nos chupamos el chocolate que los recubre!
El chofer, sorprendido, le da las gracias y se los come con agrado.
Cinco minutos después, la abuelita repite el ofrecimiento; el chofer vuelve a agradecerle el gesto y se come los maníes.
Cinco minutos más tarde, viene otro puñado; y el chofer vuelve a comerse los maníes.
Al cabo de unos diez puñados, el chofer ya no puede aguantar más la curiosidad y le dice:
- Dígame, abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de maní; pero, ¿usted no cree que, a lo mejor sus cuarenta amigos y amigas querrían también un poco?
- Sí, joven, pero como no tenemos dientes para masticarlos, ¡solo nos chupamos el chocolate que los recubre!
Chequeo de Rutina
Un anciano de 98 años llega al médico para su chequeo de rutina.
El doctor le pregunta cómo se siente.
- Nunca me he sentido mejor, -le responde-. Mi novia tiene 18 años. Ahora está embarazada y vamos a tener un hijo.
El doctor piensa por un momento y dice:
- Permítame contarle una historia:
Un cazador que nunca se perdía la temporada de caza, salió un día tan apresurado de su casa, que se confundió tomando el paraguas en vez del rifle.
Cuando llega al bosque se le aparece un gran oso. El cazador levanta el paraguas, apunta al oso y dispara. ¿A que no sabe qué pasó?
- No sé. -responde el anciano-.
- Pues el oso cayó muerto frente a él -concluye el doctor-.
- ¡Imposible!! -exclamó el anciano- Alguien más debe haber disparado!
- A ese punto quería yo llegar...
El doctor le pregunta cómo se siente.
- Nunca me he sentido mejor, -le responde-. Mi novia tiene 18 años. Ahora está embarazada y vamos a tener un hijo.
El doctor piensa por un momento y dice:
- Permítame contarle una historia:
Un cazador que nunca se perdía la temporada de caza, salió un día tan apresurado de su casa, que se confundió tomando el paraguas en vez del rifle.
Cuando llega al bosque se le aparece un gran oso. El cazador levanta el paraguas, apunta al oso y dispara. ¿A que no sabe qué pasó?
- No sé. -responde el anciano-.
- Pues el oso cayó muerto frente a él -concluye el doctor-.
- ¡Imposible!! -exclamó el anciano- Alguien más debe haber disparado!
- A ese punto quería yo llegar...
Mi hijo va a ser mesero
Tres señoras hablaban sobre el futuro de sus hijos:
- Yo creo que el mío va a ser abogado -dice una-. Le gusta mucho discutir.
- El mío seguramente será médico -dice otra-. Siempre anda curando animalitos.
- Pues yo creo que el mío va a ser mesero -dice la tercera-. Nunca viene cuando le hablo.
- Yo creo que el mío va a ser abogado -dice una-. Le gusta mucho discutir.
- El mío seguramente será médico -dice otra-. Siempre anda curando animalitos.
- Pues yo creo que el mío va a ser mesero -dice la tercera-. Nunca viene cuando le hablo.
Hacer una plaquita
En el consultorio, el paciente le muestra a su médico el resultado de unos exámenes de laboratorio.
El médico los analiza con cara de preocupación y le dice al paciente:
- Vamos a tener que mandarle a hacer una plaquita.....
- ¿De tórax, Doctor?
- ¡NO, de mármol!
El médico los analiza con cara de preocupación y le dice al paciente:
- Vamos a tener que mandarle a hacer una plaquita.....
- ¿De tórax, Doctor?
- ¡NO, de mármol!
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