2008/10/06

Maníes para el chofer

En un colectio repleto de viejos y viejitas, en una gira especial a Rosario para afiliados del PAMI, una viejita le toca el hombro al chofer y le ofrece un buen puñado de maníes sin cáscara. 
El chofer, sorprendido, le da las gracias y se los come con agrado.
Cinco minutos después, la abuelita repite el ofrecimiento; el chofer vuelve a agradecerle el gesto y se come los maníes.
Cinco minutos más tarde, viene otro puñado; y el chofer vuelve a comerse los maníes.
Al cabo de unos diez puñados, el chofer ya no puede aguantar más la curiosidad y le dice:
- Dígame, abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de maní; pero, ¿usted no cree que, a lo mejor sus cuarenta amigos y amigas querrían también un poco?
- Sí, joven, pero como no tenemos dientes para masticarlos, ¡solo nos chupamos el chocolate que los recubre!

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